Angel Barrenechea y su familia decidieron agregar valor a su producción tambera con una usina láctea apoyada con el Fondo del Bicentenario.
En tres meses estará funcionando la nueva usina láctea de la familia Barrenechea, que producirá quesos con la marca “Nuevavilla”.
Con la consigna de agregar valor en origen a la materia prima, Angel Barrenechea y su familia se dispusieron a encarar el desafío de abrir una nueva usina láctea denominada LCA SRL, para procesar la leche de los tambos de La Cenobia, tal el nombre de la empresa de los Barrenechea.
“Primero pensamos en algo más chico, pero por gestiones y apoyo del Subsecretario de Lechería, Arturo Jorge Videla, logramos recibir un crédito a tasa subsidiada del denominado Fondo del Bicentenario, que nos ayudó a construir esta planta con una capacidad para procesar 30 mil litros diarios”, dijo Barrenechea.
Ayer, presentó la obra a Videla ubicada en Villa Nueva, quien llegó a la planta junto a la Diputada Nacional Nora Bedano y al funcionario del área, Carlos Berra. También participó el titular del gremio de los trabajadores lácteos, Pedro Fernández.
La familia crece
Una de las preguntas que surge al ver el entusiasmo del ex titular del INTA Villa María en el emprendimiento, es porque, a los 58 años de edad, comienza con un proyecto de esta envergadura, cuando “podría estar tranquilo sentado en los cafés”, como bromea él mismo.
“Como los años pasan y la familia crece, sentimos la necesidad de incorporar a las nuevas generaciones. Se sumaron a este emprendimiento mi hija María Victoria y mi yerno, Germán Coschicca, ambos ingenieros agrónomos. También está mi hijo Martín, que en estos días presenta su tesis para recibirse de ingeniero en Alimentos.”, dijo.
El diseño de la planta contó con el asesoramiento de Orlando Pfaffen, otro hombre que marcó senderos en la lechería de la cuenca villamariense.
“Está hecha pensando en una fábrica que reúna los requisitos para la exportación”, señaló.
Tiene una capacidad para procesar 30 mil litros diarios, aunque en una primera etapa van a comenzar con la leche que ellos mismos producen en sus tambos, que suma 18 mil litros diarios.
Generará en la primera parte del proyecto siete empleos directos y cuando avancen en el desarrollo de la iniciativa, llegarán a 9.
La empresa fabricará quesos que tendrán la marca que denota el origen: Nuevavilla.
Integración vertical
El concepto de integración vertical se aplica a todas las cadenas productivas.
En el caso de La Cenobia, lo aplican a la cadena láctea completando con esta fábrica que estará inaugurada en tres meses, el último eslabón.
La Cenobia cuenta con 1.600 hectáreas entre propias y alquiladas, que están ubicadas en Villa Nueva. “Todo el campo está dedicado a la lechería”, puntualizó Coschicca.
Es que ellos desarrolla en ese predio la actividad de los cuatro tambos con 750 vacas.
Además, la agricultura está pensada en la alimentación del ganado, por lo que se dedican al forraje y a los granos.
En lo que hace al manejo de los animales, aplican el concepto de “ganadería de precisión” y se abocan también a la recría, completando el círculo ganadero.
Pero para no dejar nada al azar, también se sumaron otras cinco familias de la zona, con las que trabajan asociadas en una planta de extrusado de soja, agregando más valor a la producción en su lugar de origen.
Al cierre, Barrenechea recordó la frase de un vasco que explica el tesón que ponen en cada emprendimiento: “Porque fueron somos, porque somos serán”.
Fuente: El Diario del Centro del País
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