Un informe de la TV Pública cuenta la historia reciente de la Cooperativa "Cristal Avellaneda", fabricante de "Durax", una empresa emblemática recuperada por sus trabajadores. "Durax, toda la vida", repetían los locutores que durante décadas le ponían la voz a los avisos publicitarios de esta marca de platos, vasos y tasas de vidrio ámbar, que según decían, podían caer al piso sin riesgo de romperse.
Pero la publicidad, como tantas otras, era una ilusión y Durax no fue para toda la vida. No porque los platos se rompieran, sino porque a fines de la década del noventa se declaró la quiebra de la firma "Cristalux S.A", propietaria de la marca.
Desde diciembre del 2000 hasta julio de 2002, la planta permaneció cerrada con sus trabajadores realizando una vigilia en la puerta, viviendo en una precaria carpa desde la que vigilaban que nadie llevara lo poco que había quedado.
Los primeros tres años fueron muy duros, hasta que en 2005, los trabajadores lograron poner en marcha uno de los hornos de mayor capacidad. Posteriormente, en 2008, comenzaron a recibir ayuda del Gobierno Nacional a través de créditos, y a partir de allí pudieron hacer que la empresa se pusiera de pie en forma definitiva.
Fuente: Télam
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