lunes, 25 de abril de 2011

Julián Domínguez: “Mi aspiración es integrar la fórmula”

El ministro de Agricultura reconoció en diálogo con Tiempo Argentino que le gustaría ser el compañero de fórmula de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires. Pero aclaró: “La que decide esto es la presidenta”.




”Soy del interior de la provincia de Buenos Aires y la máxima aspiración de los hombres del interior es integrar la fórmula de la provincia”, aseguró a Tiempo Argentino el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que por primera vez admitió públicamente su intención competir por la vicegobernación bonaerense. Sin embargo, advirtió que “las candidaturas no pueden ser un festival de vanidades personales”, y que su futuro político depende de la decisión de la presidenta Cristina Fernández. 

Su nombre ya sonaba junto a otros para acompañar la postulación a la reelección del gobernador Daniel Scioli, pero su figura creció después del acto que el miércoles pasado reunió en el Luna Park a las organizaciones agrarias en el lanzamiento oficial de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO). Ese acto había sido imaginado por Néstor Kirchner luego del conflicto que enfrentó al gobierno con las entidades ruralistas en 2008 y fue la culminación de un proceso. Desde entonces, la gestión de Agricultura logró terminar con la Mesa de Enlace como factor de presión política, al tiempo que los pequeños y medianos productores comenzaron a sentarse a dialogar con el gobierno. 

–¿Qué balance hace del acto en el Luna Park?

–Fue un apoyo a la presidenta de la Nación. La convocatoria respondió al proceso político que lidera la presidenta de debatir la política agraria. Allí estuvo la expresión de una construcción política donde el peronismo discute la cuestión agraria y hace sus aportes a quien lidera el proceso político en la Argentina, que es transformador y revolucionario, y del cual participamos muchos de los militantes de la generación Malvinas, post Malvinas, y ahora los jóvenes. Fue el resultado de un proceso de participación que se viene dando en todo el país. Néstor Kirchner nos había pedido hace un año y medio que lo pusiéramos en marcha. Si bien nos sorprendió la cantidad de gente, nos imaginábamos este nivel de respuesta, porque es producto de muchísimos debates y talleres con organizaciones agrarias que se llevaron a cabo durante un año y medio en todo el país. 

–¿Hubiese sido posible realizar estos encuentros tres años atrás?

–Lo que nos faltó en ese momento, en relación con la cuestión agraria, fue la unidad de concepción. Había unidad de acción, pero nos faltaba unidad de relato y discurso para el tema agrario. Lo que hay hoy es una adhesión a una línea de construcción política del rol de Estado, y la cuestión agraria es parte de un proyecto político que encabeza la presidenta. No es que haya capítulos diversificados, este es un capítulo en que el proyecto nacional pone el acento en el hombre argentino. 

–A partir del acto, su nombre comenzó a sonar más fuerte para ocupar la candidatura a la vicegobernación. 

–La que decide esto es la presidenta. Cuando uno forma parte de un gabinete, es parte de un colectivo. Las candidaturas no pueden ser un festival de vanidades personales. Tiene que ser un proceso en que se mida donde uno puede ser más útil. Soy del interior de la provincia de Buenos Aires y la máxima aspiración de los hombres del interior es integrar la fórmula de la provincia. Pero esto no es más que un deseo. Quien decide cuáles son los lugares que debemos ocupar es quien conduce: la presidenta. Los dos momentos políticos más hermosos en mi vida de militante fueron cuando fui electo intendente de Chacabuco, mi ciudad, y esta responsabilidad a la que me convocó la señora presidenta. Son los dos momentos de mayor pasión por la función pública, por la impronta, por los desafíos, por la posibilidad de ser parte de un proyecto de país que está haciendo realidad todos los sueños que uno ya creía que se habían ido por el agujero negro de la Historia. 

–¿Qué propuestas o deseos tiene para la provincia?

–Yo dependo de la decisión de la presidenta. El peronismo que yo quiero que haya en la provincia es uno abierto con capacidad transformadora, flexible a los cambios de la sociedad, que incorpore a los intelectuales, a los jóvenes, a los movimientos sociales, que tenga apertura para tener unidad programática, de misión compartida para que Buenos Aires sea lo que todos deseamos que sea: la columna vertebral del crecimiento del país. Creo que hay que construir un peronismo con la suficiente amplitud para procesar los cambios que vienen. Desde la política, hay que tratar de expresar un interés que aglutine, un interés colectivo, nunca el interés de un grupo económico concentrado. El interés que tiene que tener la política es liderar esa expectativa de transformación que la sociedad deposita en ella para que la política no pierda su razón y su sentido. 

–¿Eso ocurrió con las entidades agrarias que miraban sólo sus intereses?

–Hay en la Argentina un colonialismo mental que nos impide ver por dónde pasa el interés popular, el interés de todos. Lo que ha pasado es que cuatro le han hecho creer a la Argentina que el interés de ellos era el interés de todos. Y en realidad lo que el Estado tiene que hacer es ejercer su función de desarrollo que bien definida está en la doctrina social de la Iglesia. Donde el mercado llega, el Estado no tiene que hacer nada, pero donde el mercado no llega, el Estado tiene que tener una fuerte presencia. La matriz de cambio es que la política conduzca a los grupos económicos y a los actores de poder, y no que los actores de poder sean quienes condicionen la política económica y al pueblo. Esa es la verdadera revolución que generó Néstor Kirchner. Las decisiones se toman desde la política, no desde los grupos económicos. Y se toman en beneficio del conjunto, no en beneficio de esos grupos. Ese es el despegue de la plataforma del colonialismo desde el cual nos acostumbrábamos a decidir por el interés de otro, pensando que era nuestro propio interés, porque era la agenda que nos imponían desde sectores más poderosos de la comunicación en la Argentina. 

–¿Qué hubiera pensado Kirchner si hubiese estado en el acto?

–Néstor Krichner era un militante. Se hubiese reencontrado con militantes como él, que quieren un país más justo y creen que la solución de los problemas pasa por la política. Nos hubiese estimulado a todos a seguir discutiendo y trabajando. Kirchner es responsable de que haya un siglo más de peronismo en la Argentina, porque vino a rescatar los valores peronistas como la recuperación de la autoestima, la independencia económica, la lucha por la justicia y la soberanía política. Y eso ahora lo encarna Cristina como nadie.



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