El funcionario del Gobierno nacional habló con EL DIARIO de su incorporación a la lista del kirchnerismo, la relación conflictiva con el peronismo cordobés y las expectativas a futuro. Elogió la capacidad de Carolina Scotto, aseguró que el desafío no termina en un acto electoral y que quieren aportar a la renovación de la política
Llega con la tranquilidad que lo caracteriza, saluda sonriente con una mano, con la otra sostiene el teléfono y habla con su interlocutor. Da la sensación de que el ritmo de trabajo no tiene pausa. Y no es sólo una sensación. El teléfono vuelve a sonar y a sonar. Una y otra vez.
Es viernes, el último día hábil de la administración pública. Sin embargo, para el secretario de Políticas Universitarias Martín Gill bien podría ser el primero. Su rutina comienza, en la madrugada porteña, y se extiende hasta altas horas de la noche. Su rutina sigue en la Villa los fines de semana. El trabajo está presente siempre.
Nos sentamos frente a frente. Queremos hablar de este nuevo desafío que enfrenta. De su candidatura a diputado nacional del Frente para la Victoria, secundando a Carolina Scotto.
De pronto los teléfonos quedan en silencio y el dirigente justicialista pone toda su atención en la entrevista pactada con EL DIARIO.
Formando parte
Para comenzar el diálogo quisimos saber cuáles fueron los acontecimientos previos a su incorporación en la lista. Una manera, como quien dice, de empezar desde el principio.
“Como secretario (del Gobierno nacional) formo parte de un proyecto político, en los últimos meses vinimos trabajando para impulsar a Scotto, participé de muchas reuniones, estuve en contacto con el Frente para la Victoria cordobés, con Martín Fresneda. Pero no lo hice con ninguna aspiración.”
En sus primeros conceptos, Gill habló del afecto que siente por la exrectora de la Universidad Nacional de Córdoba, una mujer que ha sabido ganarse el respeto en los claustros de la casa de altos estudios más antigua del país. El apoyo a Scotto surgió de forma natural pero su nombre ya estaba dando vueltas en el seno del kirchnerismo.
“En las últimas semanas me preguntaron si estaba dispuesto a ser candidato (acompañando a Scotto). Participando de este proyecto, uno siempre está dispuesto a estar donde la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) considere que puede ser una opción. El jueves o viernes (horas antes a la presentación de la lista que se hizo el pasado fin de semana) Fresneda me dijo que se estaba mencionando mi nombre. La presidenta había analizado todos los escenarios, había analizado la propuesta que le hicieron llegar los intendentes en una nota en el acto de los 400 años de la UNC y en base a todo eso surgió la propuesta a Carolina y a mí para que pudiera acompañarla.”
De esta manera, Gill sumó un nuevo desafío a su carrera. A punto de cumplir 40 años (hoy, domingo 30 de junio) el abogado que inició su militancia en las aulas del secundario supo cosechar varios reconocimientos para incorporar a su hoja de vida. Fue el concejal más joven de la historia de la ciudad, ocupó la Intendencia en remplazo de Eduardo Accastello con sólo 30 años, es rector de la Universidad Nacional de Villa María (está de licencia), presidió el Consejo Interuniversitario Nacional y en 2012 fue designado secretario de Políticas Universitarias de la Nación. Un avance significativo.
“Estar en la lista de diputados nacionales es un honor”, afirma, y agrega que se siente orgulloso de estar de postulante en su provincia de origen. En el lugar que tiene sus raíces, su familia, su vida.
“Un gran aporte a la política”
“El Frente para la Victoria ha hecho una propuesta, en el contexto de la política de Córdoba, de renovación. Es la única lista de los partidos tradicionales que ha apostado a incorporar a nuevos actores de la política de Córdoba. Ha incorporado a dirigentes con gestión académica, municipal y a militantes sociales que han abrazado la política a partir de un proyecto que les ha devuelto la esperanza”, señala.
Los teléfonos siguen sonando silenciosamente. El toma nota de la llamada pero no interrumpe el diálogo. Tiene mucho para decir y lo dice. “Proponemos una mujer (por Scotto) que tuvo la enorme capacidad de conducir la Universidad Nacional de Córdoba hasta sus primeros 400 años. Pasaron 250 años desde la fundación de la UNC para que hubiera una egresada mujer y pasaron 394 años para que una mujer pudiera conducirla. Y lo hizo con decisión, coraje, trabajo y capacidad. Y logró que a su salida el proyecto continúe. Carolina le viene a hacer un gran aporte a una lista que le hace bien a la política de Córdoba.”
Gill abrazó la política desde muy chico. En su adolescencia ya era parte de la Juventud Peronista local y en los últimos años, él mismo lo dice, se entregó con dedicación total al sistema universitario. Cree que la política necesita renovarse con personas experimentadas en la gestión. Y por sobre todas las cosas, cree que el Frente para la Victoria representa esa innovación.
“Tenemos una lista innovadora frente a figuras que son una réplica de los treinta años de historia de la democracia. Casi con los mismos rostros. A punto tal de llegar a la paradoja que Domingo Cavallo se presenta…”
El próximo martes, a las 20, en el Salón de Ruiz los candidatos del Frente para la Victoria (en la boleta está como primer suplente Eduardo Accastello) harán su presentación en Villa María. La idea que los motiva se dará a conocer ante dirigentes y militantes de la región.
“La idea es pensar Córdoba desde Córdoba. Cómo hacemos una provincia que se desarrolle en un país que se desarrolla y esquivaremos el enfrentamiento”, apunta sonriente, tal vez esperando la pregunta sobre las conflictivas relaciones entre el Gobierno nacional y el peronismo de José Manuel de la Sota.
“No hay agresores ni agredidos”
Gill considera que la campaña delasotista de “victimizarse” es una cuestión de marketing. Que intentan convertir a Cristina en agresora y a la administración provincial en agredida.
“No es cierto. No hay agresores ni agredidos. El Gobierno nacional le ha dado a Córdoba enormes elementos”, precisa y a manera de ejemplo pone sobre la mesa una serie de medidas: la jubilación de las amas de casa, la Asignación Universal por Hijo, la autopista, la infraestructura educativa, el acueducto, el gasoducto, la TV Digital, entre otras.
Para Martín Gill el conflicto por la “supuesta” deuda a la Caja de Jubilaciones fue aprovechado políticamente para plantear la pelea. “Se aprovechó la situación para tratar de construir un discurso que intenta distorsionar la realidad de los hechos. No nos vamos a prestar al enfrentamiento porque los cordobeses no quieren eso, quieren que podamos trabajar juntos para atender a las asimetrías y que todos tengamos los mismos derechos.”
Con la misma firmeza que defiende el proyecto nacional, Gill manifiesta que todavía falta mucho por hacer, que es necesario profundizar el camino y señala que tanto él como sus compañeros del FPV están dispuestos a afrontar el desafío.
“Nuestra tarea no se agota en una elección. Tenemos que asumir nuestra responsabilidad, ser intérpretes de la gente, tener mayor organización en el espacio del cual formamos parte. No sólo ser ventrílocuos de la Nación en Córdoba sino aportar a la renovación de la política desde una mirada a Córdoba, desde los cordobeses.”
Pasaron dos horas y la charla va llegando al final. Faltaban un par de preguntas y no las esquivó:
- ¿Sueña con ser gobernador de la provincia?
- “Para quien está en política todo se empieza paso por paso. Las posibilidades se dan en función del trabajo. Yo pongo todo mi esfuerzo y no especulo. No me parece honesto especular, el tiempo y la gente dirá. Estoy muy agradecido de cómo se ha ido dando todo, sin hacer ni haber generado ninguna operación.”
- ¿Si llega a ser diputado asumirá o es una candidatura testimonial?
- “Sí. No hay candidaturas testimoniales.”
- Como abogado, ¿qué opina del fallo de la Corte sobre la democratización de la Justicia?
- “No se puede hablar del tema como un hecho puntual. Hay que dar un debate profundo sobre el Poder Judicial. En estos treinta años de democracia, los primeros esfuerzos estuvieron puestos en garantizar el sistema democrático. Después vino una etapa en la que la economía fue el centro y el cuidar determinados patrones económicos nos llevó a altos índices de desocupación y pobreza que concluyó en 2001 con la incapacidad de gestión de Fernando de la Rúa.
Y luego vino la etapa en que la política recuperó el rol y puso el centro en el hombre. En 2001, los tres poderes fueron interpelados. El Ejecutivo y el Legislativo fueron interpelados. En este sentido, el Poder Judicial tiene una deuda pendiente con la democracia. Requiere un proceso de transformación para mejorar la calidad de la democracia.
Podemos discutir opiniones pero no rehusarnos a discutir. Este debate debe darse por una Justicia más ágil, que rompa con las corporaciones y que los jueces estén de cara a la gente. Es lícito que existan posiciones diferentes, pero al debate hay que darlo.”
El reloj marca las 18. Otras obligaciones lo esperan. El trabajo, para Gill, nunca termina.
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